Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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jueves, 31 de enero de 2008

EL PAPA NEGRO

Desde hace cerca de dos mil quinientos años la ciudad de Roma ha hecho honor a su nombre: Caput Mundi, Capital del Mundo. Sus costumbres, sus emperadores, su lenguaje, su forma pragmática de acercarse y sobrevivir y pensar penetraron en media Europa y reciclaron los restos del Imperio creado por Alejandro Magno. Al declinar, se reciclaron en un grupo religioso llegado de una zona marginal del Imperio, de la Galilea. De esta fusión de Imperio Romano decadente y grupo judío cristiano ascendente, nació la Iglesia Católica en sus estructuras de gobierno. Los emperadores fueron sustituidos por los papas, los gobernadores regionales por los obispos, la administración pública por la poderosa Curia Vaticana.
Roma era la ciudad de los Emperadores. Roma se convirtió en la ciudad de los Papas. Cada uno de ellos ha ido dejando su impronta en la ciudad. A partir del siglo XVI, cuando se empieza a organizar la Iglesia Católica de acuerdo a las normas emanadas del Concilio de Trento, las diversas órdenes y congregaciones religiosas fijan su domicilio en Roma, cerca del Papa. En ese espíritu de reforma y vuelta a la sencillez, uno de los papas, al ser elegido, decide seguir usando su hábito de fraile dominico de color blanco. Nada de lujos ni de vestidos ostentosos. Una simple sotana blanca. Esa tradición ha llegado hasta nuestros días.
En ese espíritu de reforma surge una orden religiosa. La funda un ex militar vasco. Una de sus finalidades es combatir a los enemigos de la fe católica. Forma una Compañía dispuesta a defender los valores del evangelio. Le da una estructura militar. Y un nombre: Compañía de Jesús. Sus cuarteles generales van a estar en Roma. La máxima autoridad será el Prepósito General. Esta persona va a vestir la indumentaria propia de los sacerdotes en su forma más simple: una sotana. Y una sotana negra. Y como Roma es, entre otras cosas, ciudad de leyendas, pronto surgió la leyenda de que el General de la Compañía de Jesús tenía más poder y autoridad que el propio Papa. Y si el que ocupaba la silla de San Pedro iba vestido de blanco, el que sucedía a Ignacio de Loyola, lo era de negro. Roma desde entonces tiene dos papas: el Papa Blanco y el Papa Negro.
Hace unas semanas, por primera vez en la historia, el Papa Negro, el General de la Compañía de Jesús presentó su renuncia al cargo, el cual es vitalicio, y fue aceptada sorpresivamente por el Papa. Después de unos años en los cuarteles de invierno, la Compañía de Jesús ha elegido a su General, al Papa Negro.
La elección ha recaído en Adolfo Nicolás, un castellano viejo quien ha vivido más de cuarenta años en Japón. Su selección ha causado sorpresa en muchos ambientes vaticanos o cercanos a posturas triunfalistas dentro de la Iglesia Católica.
Con la elección de Adolfo Nicolás se relanzan retos a la Iglesia Católica. Retos que parecían olvidados para muchos. Uno de ellos es la puesta en práctica de las resoluciones del Concilio Vaticano II. Otro, la opción preferencial por los pobres, tan presente en los documentos eclesiales. “La nación de los pobres y excluidos nos reclaman” han sido algunas de sus primeras declaraciones. La Compañía desenvaina sus armas. El Papa Negro, el General venido de Oriente está al frente.

miércoles, 16 de enero de 2008

FAMILIA HUMANA, COMUNIDAD DE PAZ

Este año 2008 se cumplen los cuarenta años de los Mensajes Papales de la Jornada Mundial por la Paz.
Enero 16-2008 Fue establecida esta tradición por Pablo VI en plena escalada de la Guerra de Viet Nam. Uno de sus propósitos al establecer estos Mensajes no fue otro que “cada año esta celebración se repitiese como presagio y como promesa al principio del calendario que mide y describe el camino de la vida en el tiempo, de que sea la Paz con su justo y benéfico equilibrio la que domine el desarrollo de la historia futura”
Pablo VI llegó a escribir once Mensajes para estas Jornadas. Juan Pablo II, veintisiete y Benedicto XVI tres hasta el momento.
El papa Montini al iniciar estas Jornadas expuso algunos de los peligros a los que se enfrentaba la paz: Peligro de supervivencia de egoísmos en relaciones entre naciones, peligro a las violencias desatadas por diversos pueblos al no ver reconocidos sus derechos, peligro al uso de las armas de destrucción masiva, peligro de creer que las controversias internacionales tan solo se resuelven con el recurso a la lucha armada.
Cuarenta años después habría que añadir como peligros a la paz, el recurso al terrorismo, las políticas de seguridad nacional, la legalización de los atentados contra la vida en todas sus etapas.
Benedicto XVI en su Mensaje de este año, el tercero de su pontificado, afirma que está convencido de que una forma indispensable para promover la paz es respetando la familia humana. De ahí el título de su Mensaje: “ La Familia Humana, Comunidad de Paz”.
Benedicto XVI propone seis puntos de reflexión.
El primero trata sobre la Familia, Sociedad y Paz: la familia natural, en cuanto comunión íntima de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, es “el lugar primario de “humanización” de la persona y de la sociedad, y prototipo de toda organización social.
El segundo elemento de reflexión el papa presenta a la Humanidad como una gran familia donde la comunidad social, para vivir en paz, está llamada a inspirarse también en los valores sobre los que se rige la comunidad familiar ya que vivimos en una casa común, el planeta Tierra.
El tercer elemento de reflexión invita a ver a la Familia Humana en el medio ambiente en que vive. Dios ha regalado un lugar, una casa donde vivir sus propias relaciones, este sitio es la Tierra con la cual tenemos una responsabilidad ecológica.
El cuarto elemento versa sobre la Familia Humana y sus relaciones económicas. No puede haber paz en la familia cuando a alguien le falta lo necesario, cuando no hay solidaridad, cuando hay excesos y despilfarros.
El quinto elemento nos presenta a la Familia como comunidad humana y moral. Una familia vive en paz cuando todos sus miembros se ajustan a una norma común, impidiendo el egoísmo individualista y trabajando por una coexistencia armoniosa.
Como último elemento el papa señala el tema de la violencia bélica, la guerra, haciendo un llamamiento al cese de todos los conflictos armados, teniendo en mente primordialmente los que aquejan al Medio Oriente, los cuales pueden llevar a una escalada bélica de consecuencias inimaginables.
Los romanos solían afirmar “Si vis pacem, para bellum” (si quieres la paz, prepárate para la guerra) Benedicto XVI nos invita, si queremos la paz, construyamos la familia.

Tertuliasiglo21@aol.com.

miércoles, 2 de enero de 2008

CARTA A LOS REYES MAGOS

Enero 6, 2008
Queridos Reyes Magos
Vaya para ustedes, quienes quiera que sean, mi saludo y mi respeto más grande en este año que recién acabamos de empezar Sé que quizás sea un atrevimiento dirigirme a ustedes así, simplemente, con una carta. Sobre todo sabiendo que los Reyes suelen mandar a callar a la gente cuando se sienten molestos por majaderías..
El primero que nos habló de ustedes fue un tal Mateo. Es verdad que no era tan averiguado como lo son hoy en día nuestros periodistas. Simplemente nos dejó dicho que llegaron unos individuos a Jerusalén preguntando por un supuesto rey que había nacido por allá. Entonces se formó tremendo chisme, fueron la preocupación de toda la corte de Herodes. Todo fueron habladurías, rumores y miedos. Y nada, les dijeron que se fueran para Belén, que entonces era un pueblito cercano a Jerusalén y que vivían haciendo pan. Belén lo que significa es La Casa del Pan, o sea, la Panadería. En el tiempo en que ustedes fueron por allá era fácil llegar. Tan solo unas millas y ya. Hoy, aunque la distancia es la misma, se tarda un poco más. Han levantado un muro tremendo dizque para evitar terrorismos. Es un tanto molesto, pero se pasa. No sé si podrían ustedes entrar hoy en Belén. Con esas pintas y con tanto traperío encima levantarían sospechas. Yo he pasado un montón de veces y no he tenido problema, pero siempre se mete en el cuerpo un cierto temor y tristeza.
Como les decía Mateo es el único que nos habla de ustedes. Pero él de lo que sabía era de impuestos, de dineros, de obligaciones a pagar. Era escueto en lo que escribía y decía. Y nos dejó escrito que ustedes regalaron tres cosas: Oro, Incienso y Mirra. De eso les quería hablar en mi carta.
Siempre hemos asociado el oro con el bienestar, con dinero. Pues miren, en nuestra comunidad hay muchas personas que han tenido que emigrar de sus países, dejar su gente, su mundo para poder obtener pan y bienestar para sus familias. ¿Ustedes no podrían traernos este 6 de enero un poco de trabajo seguro para poder mantener nuestras familias? No es fácil ganarse decentemente el pan de cada día. Si ustedes nos echan una manita, podremos tener el oro del trabajo digno, de la amistad compartida, de la seguridad en la familia.
El Incienso es algo que no sabemos exactamente de qué está hecho y que sirve para que los templos huelan distinto y, entre mucho humo, alabar a Dios. Es símbolo de una fe, de una alabanza a Dios en libertad y respeto. En un mundo como el nuestro en que hemos convertido el billete de dólar en un poderoso dios, ¿no podrían traernos un poco de incienso para volver a sentir y oler al verdadero Dios, el del amor compartido, la vida respetada, la fe vivida?
La mirra la verdad que no sé para qué sirve, Dicen que es algo amargo y la verdad que demasiadas amarguras nos trae la vida. ¿La podrían cambiar por un poco de alegría, de esperanza, de algo que nos ayude a construir un mundo mejor del que hemos recibido?
Bueno, nada más. No quiero que me manden a callar por pedir tanto. Perdonen el atrevimiento. Pero por favor, pónganse con algo.